Incluso Sheldon Encontró su Tribu

La primera vez que vi The Big Bang Theory no me gustó; pero el personaje que me atrapó fue Sheldon Cooper. Me encantó su poco interés por pertenecer y su inteligencia para rodearse de personas como él, y es que pareciera un tipo de revelación cuando descubrimos que no somos lo únicos a los que nos apasiona nuestras pasiones.  Por el contrario, ubicarnos en entornos en donde nadie parece comprender qué es lo que nos pasa, puede que haga que nos cuestionemos sobre si estamos equivocados o locos; a veces tenemos la suerte de crecer en entornos donde nos sentimos aceptados, pero en otros, ni siquiera nuestras familias entienden de dónde salimos.

He pasado los últimos 20 años en el entorno educativo, ya sea como docente o como líder de proyectos educativos; por lo que profesionalmente me rodee de personas a las que como a mi, les importa la educación y que se enfrentan a la complejidad de la tecnología, de los padres de familia y a los retos que implican las aulas repletas de jóvenes cada vez menos preparados para la frustración. En este sentido puedo afirmar que encontré mi tribu. Pero, encontrarla en el aspecto personal no siempre ha sido fácil, a pesar de ser una persona altamente sociable, empatar en intereses con mis amigos o familiares no sucede ipso facto; y es que mis intereses son tan variados que poca gente lo entiende, por lo que suelo ser cuestionada sobre el porqué o el para qué de mis motivaciones. Pienso que es algo que nos sucede a todos, la realidad es que no podemos esperar que siempre nos entiendan o compartan nuestros intereses, ¿qué pasa cuando a pesar del amor, respeto o admiración que le tenemos a nuestro entorno, no nos potencia? En ocasiones lo que esperamos es que el entorno se adapte a nuestras pasiones y nos frustramos si no es así; si tenemos suerte, quizá podamos compartirlas, pero cuando no sucede ni eso, toca hacerse serias preguntas al respecto de si estamos en el lugar correcto, o si estamos haciendo lo necesario para alimentar la inspiración. Por difícil que esto sea, es nuestra obligación hacer la búsqueda de otros como nosotros, tal como si estuviéramos buscando oro; porque en ocasiones tendremos que acudir a ellos; Preguntémonos por ejemplo ¿en dónde sucede aquello que nos apasiona?, es decir, si nos gusta bailar, tendremos que acercarnos a otros que bailen, si lo que nos encanta es la ciencia, hablar con otros científicos es vital, o por el contrario, si lo que nos apasiona es el arte, nadie mejor que un artista para intercambiar ideas. Rodearnos de persona similares a nosotros no es un asunto de querer pertenecer, es un asunto de supervivencia, lo que estamos buscando que sobreviva es nuestra motivación

En este sentido, fue maravilloso leer el libro El Elemento del Dr. Kevin Robinson; en él documenta cómo fue que ciertas personalidades, como la famosa actriz Meg Ryan, el talentoso guitarrista Brian Ray o el extravagante Bob Dylan, se alimentaron de sus tribus para formarse como personas y profesionales de sus creaciones; en él afirma que “encontrar tu tribu ofrece algo más que ratificación e interacción, proporciona inspiración y provocación para elevar las expectativas de tus propios logros”,  además señala que ”los miembros de una comunidad entusiasta tienden a animarse unos a otros, aunque a veces el estímulo no se origine de una estrecha colaboración”. Estoy completamente de acuerdo con él, es vital rodearse de seres que compartan nuestra emoción por hacer algo y eso no significa estar de acuerdo con ellos, es más, puede que ni siquiera nos guste lo que hacen, pero el simple hecho de compartir esa pasión, hace que valga la pena estar en contacto. 

Me queda claro que no siempre es fácil encontrarnos, a veces, incluso podemos sentir que no embonamos, pero antes de suponer que debemos botar todo en la búsqueda de otros como nosotros,  podemos empezar por definir qué es eso que nos apasiona. ¿No es extraño cómo a veces ni siquiera lo tenemos claro?, ¿dónde vive eso que nos hace felices?, ¿cómo se llama? y si tenemos suerte de saberlo…¿lo llevamos a cabo?.

Habría que aclarar que aunque pareciera que la búsqueda es externa, pero en realidad, cuando buscamos a personas con nuestra misma mentalidad, nos estamos buscando a nosotros mismos a través de ellas. En todo caso, la próxima vez que nos cruce por la cabeza la idea de que nadie nos comprende, pensemos en que quizá lo que nos falta es conectar con otros parecidos a nosotros; después de todo, incluso Sheldon encontró su tribu. 

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