Carta #1. El efecto de lo nuevo

Un sendero nuevo que me recuerda lo importante: no existe un único camino.

¿Te acuerdas cuando recibíamos cartas escritas a mano con sobre y todo? ¡Las amaba! y por eso, he decidido iniciar una serie de correspondencia entre nosotros, yo te escribo y tú con toda libertad, me la puedes responder (o no). 

Hola desde Tehuacán, Puebla.

¿Cómo que ya acabó el año? Imposible de creer… todos los plazos se cumplen y este año está por terminar. ¿Dónde quedaron los propósitos? Supongo que tendremos que volver a empezar, ¡y qué bueno! , ¿te imaginas lo aburrido de no tener nuevos inicios?

Te cuento que el 2024 cerro para mi con afianzar mi carrera en el yoga, ahora sí puedo decirlo: estoy construyendo mi carrera en el yoga y con cada paso que doy me doy cuenta cuánto me falta por aprender, pero también cuánto he logrado desde que empecé. El 2024 cerró con la apertura de Shala, un espacio que tuve que crear después de que se me cerraran ciertas puertas. El efecto de lo nuevo siempre es alentador, esa sensación de cuando te pones algo por primera vez, vas a lugar que no conoces o sientes esa mariposa en el estómago con tu primer beso. Lo primero siempre atrae…. Por eso, me queda claro que Shala me dio tanto miedo, como emoción. Ahora viene lo más difícil; después de muchos besos, cuando ya pasamos del enamoramiento y hay que mantener y hacer crecer el amor; cuando ya pusimos el letrero afuera y lo publicamos en redes; ahora viene lo difícil ¡hacer lo que tenemos que hacer todos los días!. 

El efecto de lo nuevo aún no se me pasa con Shala y como siempre, recibo con ojos curiosos lo que pueda traer el 2025, sí tengo un plan, sí tengo metas, sí tengo propósitos; sin embargo, el 2025 se presenta como diferente para mí: por primera vez no tengo prisa ni tampoco me aferro al resultado; he asumido que no hay un sólo camino y al voltear atrás al mío observo que amo transitar por varios rutas. Para muchas personas hacer diferentes cosas en la vida suena a desorientación y descontento. En mi caso he sido juzgada por siempre explorar, he vivido hasta ahora con la convicción de que sólo se vive una vez y de que hay tanto por aprender, que esa ha sido mi única constante: me mantengo abierta al aprendizaje. Así que sí: pasé de ser administradora de empresas, a empresaria, me convertí en mercadóloga, maestra y escritora y hoy puedo decir con el corazón muy lleno que soy maestra de yoga. Lo más importante no son los títulos, sino lo que  trajo ese camino: familia,  amigos, esposo,  hijos; todo sostenido por la fe y el amor que nos une y suspendido por el principio que un abrazo con mayor conciencia:  !práctica y suelta!. Vive hoy, haz lo que tienes que hacer y suelta la expectativa del resultado. 

En fin… volviendo  a las cosas nuevas: talleres, clases, colaboraciones, certificaciones, etc. Un paso a la vez. Y en cuanto a la escritura, también vienen cosas nuevas; es como tener nuevos amores, esas mariposas que se sienten hermosas. Ya les iré contando qué sigue y con todo gusto los invitaré a sumarse. 

Por último, te quiero compartir una reflexión para que en nuestra siguiente carta me compartas la tuya. ¿Qué cosas llenan tu cuenco de energía? Imagina que tu mente y tu espíritu son un cuenco y que de vez en vez tienes que llenarlo de energía, de amor, de sanación.  ¿Qué cosas le pondrías?. Te dejo la tarea porque es una excelente pregunta que puede guiar tus pasos hacia el 2025.

Por lo pronto, recibe un abrazo lleno de agradecimiento. 

Con cariño 

Yose

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