Hemos aprendido a esconder el miedo y ocultar la vergüenza que nos provoca mostrar “debilidad”; a hacer las cosas y dejar pasar inadvertida la emoción que nos provoca; vamos por la vida logrando, sin darnos permiso de sentir tanto el placer como el dolor, porque lo importante es “hacer el trabajo”: estudiar, trabajar, dar de comer a la familia, acumular, ejercitarnos, ”triunfar”. Nadie nos dijo que mostrar nuestra vulnerabilidad en realidad es un acto de valentía; precisamente porque va en contra de lo que nos enseñaron.
¿Qué significa ser vulnerable? En muchos sentidos la vulnerabilidad se trata del coraje de presentarse. Presentarse en una relación tal como somos, manifestar que no lo sabemos todo en el trabajo, compartir con nuestros hijos que tenemos miedo, admitir que no podemos más o aceptar que algo nos dolió. Por no darnos el permiso de mostrarlo, terminamos haciéndonos alguna de las siguientes preguntas: ¿Qué tal si hubiera ido?, ¿y si lo hubiera dicho?, ¿y si hubiera pedido ayuda? El resultado de no aceptar que somos vulnerables es vivir una vida que no es auténticamente nuestra, porque si necesitamos armaduras y máscaras, ya ni nosotros sabremos que hay detrás. Si bien es cierto que no se puede hacer con todo el mundo, en ocasiones no se lo mostramos ni a nuestro círculo más cercano. Hace más de 15 años me encontraba en una etapa altamente volátil, a pesar de tener a mi familia y amigos cerca, no quise mostrar qué tan perdida estaba. Me hubiera sido de gran ayuda saber que mientras menos quieres hablar o aceptar el miedo y la vergüenza, más se afianzan. Brené Brown, es una académica y escritora estadounidense, actualmente profesora e investigadora en la Universidad de Houston. Se ha dedicado a estudiar temas como la vulnerabilidad, el coraje, la vergüenza, y la empatía; en una de sus pláticas expresó “la diferencia entre las personas con un alto sentido de pertenencia y aquellos que siempre se preguntan si son lo suficientemente buenos, es que los primeros creen que lo valen”. Pero ¿por qué se sienten así? Explica lo que este grupo de personas tienen en común: “ tienen el coraje (que no es lo mismo que la valentía) de ser imperfectos, muestran compasión con ellos mismos y con los demás, están conectados con la autenticidad de ser ellos y abrazan su propia vulnerabilidad”. En otras palabras: ¡se aceptan!
Pero si no fueran suficientes esas razones, el mostrarnos “débiles” tiene otra ventaja: estar con alguien que admite o actúa cuando es vulnerable es liberador, es como si el universo nos diera permiso de serlo también, porque así como otros sentimientos se aclaran al compartirlos, saber que no somos los únicos vencibles nos acerca más a la autoaceptación. Hay que ser conscientes de con quién sí vale la pena mostrarse, sería ingenuo pensar que podemos compartir lo más valioso que tenemos con todo el mundo. Sólo algunos se ganarán ese derecho. Hay que practicar, decir en voz alta lo que somos porque no basta saberlo. Pero una cosa es mostrarnos y otra es estar preparados para escuchar lo que no queremos oír; es decir, habrá quien demuestre desinterés, mientras que otros creerán que nos estamos rompiendo y que deben “arreglarnos”; quizá no podrán contener las ganas de emitir sus propios juicios. La clave está en encontrarnos unos a otros, poco a poco. Se quedarán los que estén dispuestos a sumarse al proceso, aquellos para los que nuestras sombras no sean un problema porque también aceptan las suyas.
Hace tiempo corría, me fascinaba y pensaba que los corredores debíamos tener un saludo para reconocernos fuera de las pistas, ¡así podríamos entender tantas cosas sin siquiera cruzar palabra! De la misma forma, creo que debería haber un nombre que identifique a esas personas que nos atrevemos a expresarnos, a las que les interesa decir “duele”, a los que les gusta tener cerca a personas empáticas pero no condescendientes, a quien dicen “te amo” primero y que no tienen empacho en decir “lo siento”, a quien piden ayuda y no etiquetan con títulos falsos como: sensibles, débiles o tontos.
!Urge encontrarnos!, y luego invitar a los que aún no se unen, porque sabemos que nos hemos vuelto más fuertes y más valientes que aquellos que todavía no quieren admitirlo. Por eso grito que ¡todos pertenecemos al Clan de los Vulnerables!.