Romper el Circulo

Acabo de ver la popular película de Romper el Círculo y no pude dejar de cuestionarme: ¿Cómo puedo romperlo? Si no has visto la película, narra la historia de una atractiva, talentosa y dulce mujer que se enamora de un hombre violento y encantador, siguiendo el patrón de sus padres. 

Lo que me brinca de la película es una de sus líneas: It ends with us (que por cierto es el nombre del libro en inglés del cual se basa el film) es que me vinieron a la mente la serie de aspectos que quisiera romper de los círculos viciosos de mi familia, también me ví buscando el parecido más cercano, es decir: ¿sigo siendo como mi papá o me estoy convirtiendo en mi mamá?, ¿qué patrones quiero romper? y la más difícil: ¿qué tengo que hacer para romperlos? Cuando hablamos de patrones nocivos que heredamos o perpetuamos es un hecho que podemos pasar una vida sin darnos cuenta de que los estamos repitiendo, especialmente si no hemos empezado un trabajo personal de consciencia. En mi caso, me llevó 40 años empezar a hacer algo al respecto y dejar de culpar a los demás por eso. 

Muchas veces trato de quedarme con estos encrucijadas hasta que empiezo a descifrarlas para evitar sesgos en mi opinión personal; pero ésta vez compartí mis ideas y al hacerlo confirmé que los patrones que seguimos no sólo nos dañan a nosotros mismos, sino también a los demás, lo que es duro enfrentar sin embargo, es que no importa cuánto tiempo pasamos queriendo remediar estos daños, una persona lastimada siempre te verá con los mismos ojos de dolor. Éste hecho por un lado implica hacer conciencia sobre pensar antes de actuar y no lastimar, pero si ya lo hicimos; me niego a que debamos encajar en la etiqueta de “culeros” por el resto de nuestra vida. Lo que duele más aceptar es que sí seremos ESO para ÉSA persona, pero no significa que eso seamos en el fondo o que lo seremos para siempre (aún si la persona afecta así lo sentencia). ¡Qué fuerte es darnos cuenta que romper el círculo de patrones en efecto romperá el círculo de relaciones que conocemos también! Ya no encajaremos, ni querremos pedir perdón o dar explicaciones por eso, ya no sentiremos pena al decir “no”, ni tampoco nos sentará bien seguir ahí; la buena noticia es que nada dura para siempre; y así como después de la tormenta viene la calma; después del juicio viene la sentencia y toda sentencia llega a su fin. 

La película termina cuando ella rompe el círculo, (ella es la afecta y la heroína); me pregunto ¿y si fuera él (el culpable) quién hubiera querido romperlo?, ¿ella le hubiera creído?, ¿él lo hubiera cumplido? El film afirma que no y por eso ella lo deja (lo que aplaudo de pie) ¿Y si nosotros fuéramos él?, el que se equivoca, que no sabe cómo y quién en verdad decide no seguir sus propios patrones. ¿le creeríamos entonces? Ante la duda, lo único que queda es que cada quien siga su camino, porque al final de eso se trata el asunto: alejarte de quien lastimó y de quién no cree en el otro. 

Regresando al punto: ¿debemos , aunque duela y las cosas se rompan, romper el círculo de dolor en el que nos hayamos visto envueltos?. La respuesta es clara: ¡Sí! Ahora, en teoría, romper el círculo no necesariamente tiene que significar romper relaciones  porque quizá esas relaciones son estrechisimas: tus hijos, tu pareja o incluso tus padres. Sin embargo, la vida en fechas recientes me ha enseñado que incluso esas relaciones se rompen cuando una de las dos partes no quiere seguir estando. Aunque duela aceptarlo: éso también es romper el círculo. 

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